Cuántas veces hemos leído vehementes las novelas o diferentes obras, porque nos parecieron interesantes y divertidas; y porque simplemente nos dejaban con las ganas de seguir leyendo más y más.
Viene a mi mente una interrogante, por qué no pasa lo mismo con la obra del principal autor de la vida, Nuestro Padre Celestial; por qué tantas veces nos ha parecido más fácil leer lo que encontremos en el camino e incluso las noticias del día, que en mayor proporción son lo principal que queremos saber. Por qué no tomamos como nuestra noticia del día a la Palabra de Dios...
La Palabra de Dios es lo más hermoso que existe, por qué no leer cada mañana y cada noche ese regalo tan hermoso dado por Nuestro Padre y encontrar las respuestas a todo lo que nos sucede y a cada una de nuestras dudas.
Reconozcamos que el Único y Gran Autor es DIOS, el Premio Nobel de nuestros corazones, aquel que nos llena de su amor y su misericordia.
Leamos con pasión y ansiedad su palabra y sintámonos angustiados y desesperados cuando no lo hacemos, que nuestro Autor favorito sea Él.
Obviamente les digo que no está mal que leamos otras cosas; pero que el principal pan de cada día sea la Palabra de Dios.
Y recordemos siempre que:
"Toda la Escritura es inspirada por DIOS, y útil para enseñar, para redarguir, para corregir, para instruir en justicia,
a fin de que el hombre de DIOS sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra."
2 Timoteo 3: 16-17
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